18.9.12

COMUNICADO PROCOAM SEPTIEMBRE

PENA DE MUERTE PARA LOS ARQUITECTOS
Las recientes declaraciones de la ex Presidenta Aguirre (“…reimplantaría la pena de muerte para los arquitectos…”) no pasarían de ser una gracieta si no reflejaran una dramática realidad. La falta de actividad lleva a la ruina a nuestra profesión. Años de formación y experiencia se ven arrojados al cubo de la basura. Los arquitectos que no quieren vegetar tienen que cambiar de oficio o emigrar.


LAS ADMINISTRACIONES AFILAN EL HACHA
La desregulación completa del ejercicio profesional en beneficio de la “competitividad” es una amenaza real, con el mismo y   mentiroso argumento que el que eliminó las tarifas en 1998: la reducción en el precio de las viviendas. 
La contratación pública margina a la mayor parte del colectivo: si no has hecho nada “importante” en los últimos 3 años no puedes ni tan siquiera ofertar. Si puedes, te toca suministrar un anteproyecto en 15 días. Cuestiones de urgencia, o de gato encerrado. Además has de “competir” tirando los honorarios por los suelos. Sin embargo no todos los arquitectos europeos carecen de tarifas profesionales. ¿Porqué nosotros si?

Al COAM le toca defender la colegiación obligatoria y las competencias para cuyo ejercicio nos hemos preparado; reclamar que se eliminen las barreras abusivas para acceder a los contratos públicos, que se aseguren retribuciones dignas, que se evite la concentración de los encargos y se permita el acceso a los mismos de los jóvenes.


SOLIDARIDAD
Muchos compañeros no alcanzan a pagar las Cuotas. Aunque el trabajo se haya reducido, no queremos que al COAM le pase lo mismo: un Colegio numeroso y fuerte del cual nadie se vea expulsado por estar en el paro es mejor que un colegio de pocos.


COAM DE CRISIS PARA UNA PROFESIÓN EN PELIGRO
Trabajar para que nadie se vea expulsado del ejercicio profesional: ese es el cometido colegial primordial en épocas de crisis.

-          El COAM debe ser la gran agencia de colocaciones fuera de España y el gran captador de encargos internacionales para el colectivo de arquitectos madrileños. Dispone de los medios para intentarlo.
-          El COAM debe difundir ante la sociedad aquellos cometidos que un arquitecto está en iguales o mejores condiciones de asumir que otros profesionales, aunque no se trate trabajos sometidos a visado obligatorio.


¿CALLADITOS ESTAMOS MEJOR?
El COAM calló durante la burbuja inmobiliaria en vez de ejercer sus responsabilidades sociales que hubieran consistido  en advertir de los perniciosos efectos en la vivienda, el urbanismo y el medio ambiente. Las consecuencias de ese error nos vienen devueltas con el famoso “os forrasteis”. ¿No debería el Colegio reconocer abiertamente su responsabilidad por omisión, equiparable a la de tantas instituciones?

Y a la vez reclamar en voz alta unas condiciones mínimas de dignidad en nuestro ejercicio profesional y la salvaguarda del mejor patrimonio arquitectónico madrileño que no es otro que sus arquitectos. Así como un urbanismo acorde con las necesidades sociales y no al servicio de la especulación.

6.9.12

PENA DE MUERTE PARA LOS ARQUITECTOS

Las lamentables palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid encierran una amarga verdad. Lo cierto es que la pena de muerte contra los arquitectos ya ha sido dictada por la crisis económica. La caída en picado de los encargos obligan a gran parte del colectivo de arquitectos madrileños - compuesto por profesionales excelentemente formados y de comprobada solvencia - a cambiar de actividad o a emigrar.
La mayor parte de las administraciones, entre ellas la propia Comunidad de Madrid, pasan de largo frente a esta situación. Si acaso, no se les ocurre nada mejor que impulsarnos a competir más y más, como si los honorarios profesionales no tuvieran un límite inferior. Cuando su verdadera responsabilidad es buscar las formas por las que del capital humano creado con cargo a los impuestos de todos los ciudadanos se pierda lo menos posible. Ejemplo de este desinterés irresponsable es el límite de 3 años (los de la peor crisis) impuesto a las posibilidades de acreditar solvencia para acceder a los escasos contratos públicos.
Es lamentable que el propio COAM actúe de forma similar, expulsando a los colegiados que no alcanzan a pagar sus cuotas.
Bueno es que finalmente se haya abierto este debate. De lo que se trata es de salvaguardar la arquitectura madrileña actual y futura, que son sus arquitectos.