El Gobierno ha anunciado una reforma en la cotización de los autónomos. Sobre ello se ha abierto un fuerte debate; pero no vemos que los Colegios de Arquitectos ni el Consejo Superior estén interviniendo en él.
Sin embargo, una parte importante de los arquitectos ejercen como autónomos. De hecho, los Colegios suelen ocuparse de lo que tiene que ver con los honorarios; por ejemplo, recurriendo los concursos públicos cuando las retribuciones son insuficientes. Si bien lo hacen arrastrando los pies y escasa convicción.
Si importante es lo que se cobra, también lo es lo que se aporta. Como sucede con la fiscalidad y las cotizaciones. No se entiende, pues, porqué las organizaciones colegiales se abstienen en este asunto.
O sí se entiende. No quieren líos.
Las directivas de los Colegios se parecen mucho a una burocracia bastante bien pagada cuyo único objetivo sea la perpetuación del propio sistema colegial y de ellas mismas. Y para la cual los problemas reales de los arquitectos es algo ajeno.
Será por eso que la desafección se manifiesta en la bajísima participación en las elecciones internas
Colectivo de arquitectos en la Junta de Representantes del Colegio de Madrid, empeñados en una lograr una gestión del COAM transparente, eficaz, austera y solidaria.
