12.5.18

CARTA ABIERTA A D. DAVID FERNÁNDEZ,   EL CONFIDENCIAL.COM


Estimado Sr:

Leído su artículo “El negocio energético de los arquitectos….” publicado hoy en el periódico digital “El Confidencial” PROCOAM,  grupo de arquitectos miembros de la Junta de Representantes del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid,  está obligado a hacerle las siguientes observaciones:

De su artículo se deprende que el trabajo de los arquitectos  en los Certificados de Eficiencia Energética (CEE) es “algo” que se puede hacer en 10 minutos.

No es  ese el tiempo que lleva el proceso de obtener un CEE. De haber usted contrastado esa información con arquitectos que se dedican a ello hubiera recibido respuestas con estimaciones de tiempo muy superiores, medidas en horas de trabajo, y variables según los casos: tamaños del edificio, antigüedad, proporción de superficies exteriores….

También omite usted cual es el trabajo que un profesional debe realizar para llegar a un CEE. Deben tomarse datos del inmueble de una manera exhaustiva: la superficie del local o vivienda, las dimensiones de todas las fachadas,  las alturas de las diferentes estancias, las medidas de todos los huecos y sus características técnicas, las soluciones constructivas de todos los cerramientos, las superficies y grado de ventilación de los elementos comunes, el uso de todos los locales colindantes, el tipo y estado de los sistemas energéticos: climatización, calefacción, agua caliente sanitaria, solar, iluminación….

Posteriormente en el estudio se deben analizar y  estudiar los datos obtenidos y volcarlos detalladamente en un programa informático en el que hay que incluir por ejemplo varias alternativas de ahorro energético, específicas para la vivienda o local, así como hacer una valoración económica de esas alternativas y su rentabilidad económica.

Por último es necesario realizar un proceso de registro telemático, más o menos largo según los distintos programas con los que trabaja cada comunidad autónoma.

No se le podrá ocultar a usted que ese trabajo solo se puede medir en horas, unas cuantas, y de manera muy variable según los casos como anteriormente le indicábamos.

El valor de los CEE reside por un lado en la precisión y exactitud de los datos obtenidos, de los que dependerá el resultado final: “la letra de calificación” y por otra en el buen análisis de las medidas de mejora, base con la que los propietarios podrán plantearse con datos objetivos las tan necesarias medidas de eficiencia energética que lleven a nuestro parque inmobiliario a reducir las emisiones contaminantes y el consumo energético, tarea de obvio interés social.

Tampoco se le puede ocultar a usted que en el coste del trabajo de los arquitectos no solo se debe repercutir el tiempo destinado a él sino también otros costes asociados, como el seguro de responsabilidad civil, los gastos de alquiler de estudio, los cursos de formación, los equipos informáticos y sus programas… todo lo que corresponde a un sector profesional serio y propio de una economía avanzada. Salvo que seamos partidarios de un sector profesional “lumpen” de trabajo para subsistir, sin seguros, inmerso en el piratería informática… pero seguro que no ese el modelo que propicia su periódico.

Lamentamos mucho que todo lo anterior lo haya usted resumido en la desafortunada expresión de “un certificado de diez minutos” que podrá haber comprendido ridiculiza el contenido real de nuestro trabajo, y además  transmite una información totalmente equivocada del valor del CEE.

Nos ofrecemos a usted para colaborar en lo que nos parece un objetivo loable: la mejora del CEE para que sea un instrumento aún más eficaz en la modernización energética del parque inmobiliario nacional así como en la difusión pública de cuáles son las ventajas para la propiedad y usuarios de los inmuebles de contar con datos y estudios precisos con el objetivo de plantearse mejoras energéticas que modernicen sus edificios.

Para ese trabajo serio, profesional y riguroso sí estamos los arquitectos y las arquitectas, pero eso sí no espere usted que se lo hagamos en diez minutos.

Un saludo

Fernando Landecho González-Soto,
Arquitecto colegiado COAM 13.060; en representación de PROCOAM



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